El corazón del evangelismo es, una vida diferente al resto, trasformada por el amor de Dios, esta se caracteriza por:
· Una alegría sobrenatural en las tormentas.
· Paz donde todo es aflicción.
· Alabaza cuando estamos atrapados en una circunstancia difícil.
· Estar felices cuando no deberíamos estarlo.
· Tener una piedad que no se haya visto antes.
· Ser compasivos con los que no conocen de Dios.
Somos felices porque Cristo nos redimió de la muerte, porque cuando debíamos morir por causa de nuestro pecado, él nos dio vida al tomar nuestro lugar y morir por nosotros.
Porque por su sacrificio tenemos esperanza de regresar a nuestra patria celestial.
En el Reino de Dios reina la alegría, la paz, el amor la justicia y el amor.