Nuestra vida se puede comparar con un automóvil, debemos manejar con mucha cautela en momentos difíciles, para evitar sufrir accidentes fatales.
Hay situaciones en las que debemos disminuir la velocidad para poder esquivar los obstáculos de la vida.
Las emociones se asemejan a un radar, que indican cuando se debe disminuir la marcha y cuando continuar.
No hay emociones malas, todas son útiles para poder conducirnos por la vida, por ejemplo:
- El miedo: es útil para bajar la velocidad, detectando el peligro y corrigiendo la dirección de nuestro caminar.
- La culpa: sirve para reconocer nuestros errores, aprender de ellos y no volver a cometerlos.
- La sensación de ignorancia: nos induce a estudiar y a crecer.
- El orgullo: nos conduce a amarnos a nosotros mismos y a defender nuestros derechos.
- La ira: nos dirige a revelarnos contra lo que está mal y luchar por lo correcto.
¡Las emociones son útiles!
Tu puedes:
- Llorar, si estás triste
- Reír, si estás alegre
- Callar, si estás nostálgico
- Desahogarte, si estás enfadado
No hay nada peor que persona insensible.
Aprende a pulir tus pensamientos, para que vayan acorde a tus emociones, pero recuerda que no debes caer en el extremo de exagerar en tus reacciones.
No debes ser demasiado emocional, sino mantener un nivel moderado, en cada paso que das.
¡Disfruta la vida, la emociones existen para eso!