Cada día que pasa,
sin lograr que me quieras,
es un día perdido...
¡Oh Señor, no permitas,
por piedad que muera
sin que me haya querido!
Porque entonces mi espíritu,
con su sed no saciada
con su anhelo voraz..
Errará dando tumbos,
por la noche estrellada,
como pájaro loco,
sin alivio ni paz
Amado Nervo